El proceso de aprendizaje de la lectura es más complejo para el cerebro infantil, pero se puede predisponer o exponer a los niños de 0 a 5 años a ambientes preparados a propósito para que tengan acceso a las primeras letras aunque su cerebro no esté preparado para la lectura.
El aprendizaje del lenguaje oral y el aprendizaje de la lectura son dos procesos muy distintos en el desarrollo infantil. Mientras que el primero ocurre de manera natural y casi instintiva, el segundo requiere una instrucción más estructurada y explícita. Este fenómeno ha intrigado a educadores, psicólogos y padres por igual, y es fundamental entender las razones detrás de estas diferencias para fomentar un desarrollo óptimo en los niños.
El proceso natural del lenguaje oral.
Desde el nacimiento, los niños están expuestos al lenguaje hablado en su entorno. Escuchan a sus padres, hermanos y otros adultos hablar y, a través de la repetición y la interacción, comienzan a desarrollar sus habilidades lingüísticas. Según los expertos, el cerebro humano está "preprogramado" para aprender a hablar. No necesitan instrucción formal para adquirir el lenguaje hablado porque el proceso de escuchar y hablar es parte de la evolución humana y está profundamente arraigado en nuestra biología.
El lenguaje oral se desarrolla en contextos naturales y funcionales. Los niños aprenden a hablar porque necesitan comunicarse para satisfacer sus necesidades básicas, expresar sus emociones y participar en la vida social. Este aprendizaje es interactivo: los adultos y otros niños responden a sus intentos de comunicación, corrigen sus errores y modelan el lenguaje correcto.
La lectura: Un proceso adquirido.
La lectura, en cambio, es una habilidad culturalmente desarrollada que no está presente en todas las sociedades humanas y que no se adquiere de manera instintiva. Requiere la comprensión de que los símbolos gráficos (letras) representan sonidos específicos y que estos sonidos forman palabras que tienen significado. Este concepto abstracto no es evidente para los niños sin una instrucción explícita.
Enseñar a leer implica enseñar el alfabeto, los sonidos asociados con cada letra (fonemas), y cómo estos se combinan para formar palabras. También requiere desarrollar la capacidad de decodificación, es decir, traducir los símbolos escritos en sonidos y palabras, y comprender el significado de estas palabras en un contexto dado. Este proceso es complejo y requiere práctica, repetición y la guía de un adulto o educador.
Factores que influyen en el aprendizaje de la lectura.
1. Entorno alfabetizado: Los niños que crecen en entornos ricos en textos escritos, como libros, revistas, y materiales educativos, tienen más oportunidades de desarrollar habilidades de lectura.
2. Intervención temprana: La exposición a la lectura desde una edad temprana, incluso antes de que puedan leer por sí mismos, juega un papel crucial. Leer en voz alta a los niños y mostrarles libros fomenta el interés y la familiaridad con la lectura.
3. Instrucción Sistemática y Explícita: La enseñanza formal de la lectura, a menudo en el contexto escolar, es esencial. Métodos como la enseñanza de fonética, que ayuda a los niños a entender la relación entre las letras y los sonidos, son fundamentales para el desarrollo de la lectura.
4. Motivación y apoyo: La motivación intrínseca y extrínseca, junto con el apoyo continuo de padres y maestros, facilita el proceso de aprendizaje. Los niños que ven la lectura como una actividad placentera y útil tienden a desarrollar habilidades de lectura más rápidamente.
Les doy una estrategia para que sus hijos pequeños aprendan a leer con facilidad.
Está demostrado que la lectura es un proceso cerebral complejo como lo es el lenguaje hablado, la diferencia es que los niños desde el seno materno está expuestos a conversaciones de sus padres hermanos y amigos de estos.
Pero y qué pasaría si lo hacemos también con el proceso de lectura desde los primeros años, es decir, no solamente le hablamos sino a la vez le mostramos letras, sílabas palabras cuando jugamos o compartimos con ellos.
Es lógico que no aprenderán a leer a los 2 años, pero le estarán preparando la estructura previa en el cerebro para cuando vaya al Jardín, Prescolar o Primer grado y cuando la maestra les enseñe las primeras letras, alfabetos o los primeros silabeos los niños ya tendrán un conocimiento previo adquirido en forma natural y será más fácil el aprendizaje y leerán en forma rápida y entenderán lo que está leyendo.
Según la neurociencia los niños aprenden de dos formas básicas: por imitación y por repeticiones.
Si usted es papá, mamá o cualquier integrante de una familia que convive con niños pequeños sabe que los niños repiten todo lo que los padres hacemos y decimos delante de ellos. Esto pasa por algo que se llama Neuronas espejos.
Conclusión
En resumen, mientras que el lenguaje oral se aprende de manera natural y automática debido a nuestra predisposición biológica, la lectura es una habilidad adquirida que requiere enseñanza estructurada y apoyo continuo. Comprender esta diferencia es crucial para diseñar estrategias educativas que maximicen el potencial de aprendizaje de cada niño. Crear un entorno rico en lenguaje y alfabetización desde una edad temprana, junto con una instrucción sistemática, puede ayudar a los niños a desarrollar no solo la habilidad de leer, sino también el amor por la lectura.
Fuentes bibliográficas:
1. **Vygotsky, L. S. (1989).** *El desarrollo de los procesos psicológicos superiores*. Barcelona: Editorial Crítica.
- Vygotsky discute cómo el desarrollo del lenguaje es una interacción social y cómo la lectura requiere un aprendizaje estructurado.
2. **Chomsky, N. (2002).** *El lenguaje y el entendimiento*. Madrid: Ediciones Alianza.
- Chomsky presenta su teoría del lenguaje innato, que explica cómo los niños adquieren el lenguaje de manera natural.
3. **Cassany, D. (1999).** *Construir la escritura*. Barcelona: Paidós.
- Este libro ofrece una visión detallada sobre los métodos de enseñanza de la lectura y la importancia de la intervención temprana.
4. **Ferreiro, E., & Teberosky, A. (1979).** *Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño*. México: Siglo XXI.
- Ferreiro y Teberosky exploran los procesos cognitivos y educativos implicados en la enseñanza de la lectura.
5. **Solé, I. (1992).** *Estrategias de lectura*. Barcelona: Graó.
- Un informe exhaustivo que evalúa las mejores prácticas basadas en evidencia para la enseñanza de la lectura.
Comentarios
Publicar un comentario