Emiliano R. Fernández el poeta popular paraguayo más destacado con más de 2 mil obras
Aquí la historia del origen del poema musicalizado "Página rota"
La historia del poema "Página rota" escrito por el poeta paraguayo y escritor popular más emblemático, Emiliano R. Fernández (1894-1949) con una prolífica e inalcanzable producción literaria de mas de 2 mil obras, quién peleó en la Guerra del Chaco, en donde con su pluma y su guitarra ayudó a enaltecer, mantener la bravura, y elevar la moral patriótica y combativa de los soldados paraguayos, de su Regimiento de Infantería 13 Tuyuti, y en cuyo escenario se inspiró para escribir: "Rojas Silva recavo" "Che la reina" "13 Tuyuti" "Reténpe pyhare" "Ahama che china" y otras sublimes obras, todas musicalizadas.
La versión que no se pudo confirmar hasta ahora, es el origen de uno de sus poemas épicos escritos totalmente en castellano, algo atípico de Emiliano, ya que en todas sus obras utilizaba la mezcla del idioma Guaraní y Castellano, ( el jopará y jehe'a) titulada "Pagina rota" que consta de 16 estrofas.
Historia de la "Página rota" de Emiliano R. Fernández.
Se cree que el expresidente del Paraguay desde el año 1937 al 39, el doctor, abogado José Felix Paiva le preguntó una vez a Emiliano, quién era y a qué se dedicaba, a lo que el poeta le respondió que era un simple escritor. El mandatario le respondió en forma despectiva y denigrante, que posiblemente era un escritor "ñanandy" (del baldío o yuyal).
Cuenta la historia que casi al instante y de la rabia Emiliano arrancó una hoja y escribió la obra dedicada a una mujer a la que denominó "Pagina rota", luego se dirigió al Palacio de Gobierno y entregó a un guardia presidencial, diciéndole que le haga llegar el papel al presidente de la República y que era de parte del poeta ñanandy.
A pesar que la destacada obra tenía 16 estrofas, Emiliano estaba tan inspirado que iba a seguir escribiendo, si no fuese a que la página estuviese rota, y eso le imposibilitó seguir escribiendo y que de allí provino el nombre del poema "Página rota", llevada a la música por Gabino Espínola. Más abajo les dejo el poema.
Javier Samudio.
LA PÁGINA ROTA
El sol arrebolado se hunde en el Poniente
y acecha sigiloso el triste anochecer
sus cárdenos reflejos desmayan lentamente
en ritmo con mi inmenso, profundo padecer.
Conmigo va la noche envuelto en su ancho velo
como un fantasma loco mi pobre corazón.
Las noctívagas aves del mal y del desvelo
sobre mi alma cruzan en larga procesión.
Llena un frío de ausencia mi lóbrego aposento
y a Dios solo confieso mi tétrico sufrir.
Y tú, lejos, amada, ignoras mi tormento
ignoras el martirio de mi intenso vivir.
Mi senda entenebrida está llena de espinas
agudas y punzantes espinas del dolor.
Los jilgueros huyeron de la selva vecina
ya no sueltan al viento su música de amor.
Las flores que otrora brindó la primavera
hoy pálidas y mustias están en la orfandad
todas tiemblan y gimen en la angustiosa espera
aguardando que vuelvas mi voluble beldad.
Así también yo vivo herido con tu ausencia
distante de tu gracia, sin escuchar tu voz.
Las alas del destino arrastran sin clemencia
mi barca de esperanza que a ti fuera veloz.
Aquel dichoso nauta hoy náufrago y sin tino
zozobra entre las olas del mar de la aflicción.
Amada, tú lo sabes: perdido está el marino
porque apagó el destino su faro de ilusión.
Perdí ya tu cariño, perdí ya tus amores
lo que perder pudiera perdido todo está.
Mi estrella favorita me niega sus fulgores,
sus besos de esperanza no son para mí ya.
Errante en la intemperie, mas siempre decidido
iré buscando sombra mejor que la de ayer
soñando con tu cariño y en tu encanto florido
y en la rosada gloria de nuevo amanecer.
Desde el remoto instante de aquella vez primera
tu nombre es como un himno que idealizó mi amor.
Y florece en mis versos como una primavera
en la que eres reina, mi resedá en flor.
Comprendo que es humano sufrir las decepciones
comprendo lo voluble que fue tu corazón
comprendo tu inocencia, por esos estos renglones
Fernanda, amada mía, te llevan mi perdón.
Qué vivas tú contenta mientras malignos labios
diabólicos se empeñan en malograr mi bien.
Aquí yo estoy de pie para afrontar agravios
el odio, las traiciones y el sable del desdén.
Mañana si te vieras por rutas indecisas
llorando desengaños cargados de dolor
ven Fernanda a mis brazos que sobre las cenizas
perennemente tuyo encontrarás mi amor.
No importa que tu gracia florezca en mano ajena
no importa que se burlen de mi fe y mi ilusión
y aunque mi senda encuentre de lodo y zarzas llena
rencor no guardará mi pobre corazón.
Tal vez el egoísmo falaz y traicionero
que loco destruyera mi nido de placer
mañana se transforme y sea en mi sendero
como una flor que arome mi triste atardecer.
Adiós dulce Fernanda, soñada novia mía,
me voy con paso incierto buscando otro vergel.
Adiós aquellos ojos que fueron mi alegría
adiós aquellos besos que fueron todo miel.
Letra: EMILIANO R. FERNÁNDEZ
Música: GABINO ESPÍNOLA
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