La felicidad consiste en ayudar a los demás.
Desde los albores de la historia de la humanidad, ser más felices
es probablemente el sueño más anhelado de todos los seres humanos. Mucho se ha
escrito sobre la felicidad, y cada uno aporta su versión. Hoy quisiera
compartir con ustedes mi punto de vista, de cómo podemos ser más felices,
o simplemente cómo alcanzar una vida más plena.
Una hermosa historia que nos enseña cómo podemos ser más felices.
Matthieu Ricard, es un monje budista francés y doctor en biología molecular, en 1972tras terminar su tesis doctoral decidió dejar su carrera y e ir a vivir en un monasterio budista en Nepal, uno de los países más pobres del continente asiático, ubicado en las faldas del monte del Himalaya.
Un grupo de científicos de la Universidad de Wisconsin (EEUU) estudiaron su cerebro por varios años, y lo declararon el hombre más feliz del mundo. Vive rodeado de lo que le apasiona, la espiritualidad, enseñando y curando a niños pobres en Nepal, dona todo el dinero obtenido como biólogo, escritor y fotógrafo, a obras de caridad en el país donde vive.
No hace mucho, Matthieu Ricard contó que su secreto para ser más feliz, es a través de la meditación, los pensamientos positivos, el equilibrio de las emociones, la alteridad o ponerse en lugar del otro y entender cómo se siente.
No hay una receta única, pero la experiencia de este señor nos señala que la felicidad es un estado mental, es una decisión propia, y para eso necesitamos conocernos a nosotros mismos, y buscar en nuestro ser interior aquello que más nos apasiona, lo que más nos motiva y dedicarnos a eso, y tener como un objetivo principal y la razón de vivir, pelear y buscar un mundo interno mejor.
El poder de la aceptación y la capacidad de dominar el ego, y enfrentar los miedos, son también herramientas útiles en la búsqueda de una vida mejor, una mente sana, sin malos pensamientos, sin odios, ni rencores, con más amor, y con más perdón se puede obtener momentos más felices.
Somos constructores de nuestra propia felicidad y también de la infelicidad, la toma de decisiones correctas en el momento correcto son de mucha importancia. La vida es un paseo tan corto, y lo desperdiciamos en cosas y momentos fútiles, hagamos de nuestra vida un lugar más equilibrado, más satisfactorio y más razonable para vivir el día a día.
La felicidad es una decisión personal.
Nuestro
cerebro tiene una forma increíble de cambiar nuestro bienestar, prueba estando
feliz por un momento, ponerte mal por algo que sucedió en el pasado, sólo debes
enfocarte en esa situación indeseable para que estés triste o apesadumbrado en
un segundo, simplemente recordándolo. Lo mismo puedes hacerlo a la inversa.
Estando triste, puedes leer un chiste, recordar un buen momento, o ver imágenes
o paisajes conmovedores para cambiar en forma repentina tu actitud.
Podemos engañar a nuestro cerebro.
Somos el resultado de la interpretación que hace
nuestro cerebro de la realidad. Si tu situación es mala, económicamente
hablando, o perdiste a un ser querido hace algunos años y no puedes
recuperarte. Todas las situaciones de la vida se puede cambiar. Somos dueños
absolutos nuestras vidas, somos amos de nuestros destinos y capitanes de
nuestra alma.
El cerebro interpreta su propia realidad de acuerdo a
las propias experiencias, los aprendizajes y las memorias con eventos que
fueron significativos o emocionales para nuestras vidas.
La felicidad yace en las cosas simples y
cotidianas.
Me impactó la historia que cuenta Pilar Sordo, una
psicóloga chilena que recibió en su consulta a un hombre ciego llamado Jaime,
aquí la historia y con esto me despido, hasta un pronto encuentro. Que lo
disfruten!!!.
La lección de Jaime.
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