Dejar todo para después no es tan
malo.
Estoy seguro que muchas personas, entre ellas tú que estás
leyendo estas líneas y yo que las estoy escribiendo, tenemos la “mala costumbre
de dejar todo para después”. Dejar todo para después no es tan malo, (desde mi
punto de vista) por supuesto no se aplica para todas las actividades. Más abajo
me explicaré mejor y al final del post lo debatimos todos juntos. ¿Qué te
parece?
Desde niño siempre te dijeron que ser organizado, y
disciplinado es fundamental en la vida para ser una persona ejemplar o exitosa.
Está genial, yo también siempre lo hice (aunque en mi persona no haya
funcionado bien del todo) pero, de igual modo, hasta ahora siempre aconsejo de
la misma forma a mis hijos y amigos. La idea que traigo ahora es que, toda cosa
tiene su lugar, su tiempo y su espacio.
Recomiendo dividir nuestras actividades en dos grupos
grandes: cosas cotidianas-sencillas y las más complicadas.
Actividades cotidianas,
son impostergables.
Las cosas sencillas y cotidianas como: lavar los platos,
limpiar la casa, lavar las ropas, sacar la basura, limpiar el jardín etc. Son las
cosas que más procrastinamos, lo aplazamos para más tarde, casi siempre.
Estas actividades, en lo posible hay que hacerlas en el
momento, al instante. Hay que saltar de la mesa, dirigirte a la pileta de
lavaplatos y lavarlos. Son impostergables por las circunstancias dadas, porque
el momento te lo exige, hay motivos que te obligan, te compelen a hacerlas,
como sacar la basura, y pagar los impuestos, por obvias razones.
Las causas por las
cuales estas actividades las dejamos para más tarde.
Las múltiples distracciones que tenemos en nuestras vidas:
celular, internet, tv, son algunos de los elementos distractores, y son las
causas principales por las que dejamos nuestras actividades diarias para más
tarde.
Muchas veces lo que más cuesta es comenzar, y a veces cuando
comenzamos ya no lo queremos soltar. Es así ¿no?
En estas actividades nuestro mayor enemigo es nuestra mente,
que nos está diciendo constantemente: “no cortes el pasto ahora, es sábado de
tarde, sigue durmiendo, eso puede esperar”
Y caemos en esta
tentación de seguir durmiendo.
Recomiendo NO hacer caso al dictado del cerebro por medio de
la mente, y saltar a tomar la máquina de cortar el césped. Y manos a la obra.
Hacer una lista o calendario con horarios de actividades
diarios, también sirven de mucha ayuda, recordatorios en los celulares, o
pegatinas en las heladeras. Hacer que las cosas funcionen en forma automáticas.
Qué lindo sería.
Las cosas más
complicadas.
Dejar todo para después no es tan malo. Las actividades que
demandan mayores esfuerzos mentales y físicos, requieren a veces de más tiempo,
más espacio de toma de decisiones importantes.
Las cosas que implican mayor esfuerzo o mayor nivel de ejercicio
mental y también físico como: terminar la novela que estas escribiendo, avanzar
en un proyecto que tiene fecha límite, progresar o terminar una tesis,
decidirte por tal o cual proyecto de vida tan ansiado.
Y las cosas importantes, con tiempos y espacios más amplios,
que por supuesto tienen fechas de caducidad, de vencimiento o de límites, que
hay que cumplirlas. En este caso muchas veces nos dejamos llevar por la
emociones de miedo, angustia, o hasta desesperación. En las cosas importantes y
difíciles de nuestras vidas como terminar aquel libro, o decidirse de una vez a
cambiar de país, o de ciudad, o a decidirse de una vez a invertir en tal o cual
negocio.
En éstos ejemplos no
podríamos tomar decisiones a la ligera, porque estas cosas tienen su tiempo, y
su espacio específico: esperar a estar más inspirados, esperar que la economía
mejore para tal o cual mercado de negocios, esperar a resultados que dependen
de otros para la ejecución de aquellos otros.
El cerebro no funciona bien bajo presión, necesita estar
relajado para poder tomar la decisión correcta, sin apresurarse. Si NO estás
inspirado para escribir esa idea concreta en el proyecto que estás trabajando,
recomiendo dejarla en reposo unos días, u horas si puedes, o te permiten.
Te recomiendo que te olvides del tema y tomes tu bici y vayas
de paseo con ella a la plaza, o a la costa. Y verás que en unos días y sin
estar pensando en aquel proyecto, la idea te saltará como en un trampolín. Y
dirás: “Siii.. eso es lo que quiero, esa es la idea que me gusta, y nadie lo
pensará primero que yo”.
Son sólo algunos ejemplos, sabemos que somos 7 mil millones
de personas en la tierra y por nuestros mapas genéticos somos absolutamente
diferentes en todo, y tal vez, no todos obtengan el mismo resultado, pero la
idea está, es cuestión de probarla.
Ojalá te haya servido este consejo.
Los quiero y seguimos en contacto.
Gracias
*F.j.s.r.
Dejar todo para después no es tan malo.
Estoy seguro que muchas personas, entre ellas tú que estás
leyendo estas líneas y yo que las estoy escribiendo, tenemos la “mala costumbre
de dejar todo para después”. Dejar todo para después no es tan malo, (desde mi
punto de vista) por supuesto no se aplica para todas las actividades. Más abajo
me explicaré mejor y al final del post lo debatimos todos juntos. ¿Qué te
parece?
Recomiendo dividir nuestras actividades en dos grupos
grandes: cosas cotidianas-sencillas y las más complicadas.
Actividades cotidianas, son impostergables.
Las cosas sencillas y cotidianas como: lavar los platos,
limpiar la casa, lavar las ropas, sacar la basura, limpiar el jardín etc. Son las
cosas que más procrastinamos, lo aplazamos para más tarde, casi siempre.
Estas actividades, en lo posible hay que hacerlas en el
momento, al instante. Hay que saltar de la mesa, dirigirte a la pileta de
lavaplatos y lavarlos. Son impostergables por las circunstancias dadas, porque
el momento te lo exige, hay motivos que te obligan, te compelen a hacerlas,
como sacar la basura, y pagar los impuestos, por obvias razones.
Las causas por las
cuales estas actividades las dejamos para más tarde.
Las múltiples distracciones que tenemos en nuestras vidas:
celular, internet, tv, son algunos de los elementos distractores, y son las
causas principales por las que dejamos nuestras actividades diarias para más
tarde.
Muchas veces lo que más cuesta es comenzar, y a veces cuando
comenzamos ya no lo queremos soltar. Es así ¿no?
En estas actividades nuestro mayor enemigo es nuestra mente,
que nos está diciendo constantemente: “no cortes el pasto ahora, es sábado de
tarde, sigue durmiendo, eso puede esperar”
Y caemos en esta
tentación de seguir durmiendo.
Recomiendo NO hacer caso al dictado del cerebro por medio de
la mente, y saltar a tomar la máquina de cortar el césped. Y manos a la obra.
Hacer una lista o calendario con horarios de actividades
diarios, también sirven de mucha ayuda, recordatorios en los celulares, o
pegatinas en las heladeras. Hacer que las cosas funcionen en forma automáticas.
Qué lindo sería.
Las cosas más complicadas.
Dejar todo para después no es tan malo. Las actividades que
demandan mayores esfuerzos mentales y físicos, requieren a veces de más tiempo,
más espacio de toma de decisiones importantes.
Las cosas que implican mayor esfuerzo o mayor nivel de ejercicio
mental y también físico como: terminar la novela que estas escribiendo, avanzar
en un proyecto que tiene fecha límite, progresar o terminar una tesis,
decidirte por tal o cual proyecto de vida tan ansiado.
Y las cosas importantes, con tiempos y espacios más amplios,
que por supuesto tienen fechas de caducidad, de vencimiento o de límites, que
hay que cumplirlas. En este caso muchas veces nos dejamos llevar por la
emociones de miedo, angustia, o hasta desesperación. En las cosas importantes y
difíciles de nuestras vidas como terminar aquel libro, o decidirse de una vez a
cambiar de país, o de ciudad, o a decidirse de una vez a invertir en tal o cual
negocio.
En éstos ejemplos no
podríamos tomar decisiones a la ligera, porque estas cosas tienen su tiempo, y
su espacio específico: esperar a estar más inspirados, esperar que la economía
mejore para tal o cual mercado de negocios, esperar a resultados que dependen
de otros para la ejecución de aquellos otros.
El cerebro no funciona bien bajo presión, necesita estar
relajado para poder tomar la decisión correcta, sin apresurarse. Si NO estás
inspirado para escribir esa idea concreta en el proyecto que estás trabajando,
recomiendo dejarla en reposo unos días, u horas si puedes, o te permiten.
Te recomiendo que te olvides del tema y tomes tu bici y vayas
de paseo con ella a la plaza, o a la costa. Y verás que en unos días y sin
estar pensando en aquel proyecto, la idea te saltará como en un trampolín. Y
dirás: “Siii.. eso es lo que quiero, esa es la idea que me gusta, y nadie lo
pensará primero que yo”.
Son sólo algunos ejemplos, sabemos que somos 7 mil millones
de personas en la tierra y por nuestros mapas genéticos somos absolutamente
diferentes en todo, y tal vez, no todos obtengan el mismo resultado, pero la
idea está, es cuestión de probarla.
Ojalá te haya servido este consejo.
Los quiero y seguimos en contacto.
Gracias
*F.j.s.r.
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