Descubre cómo tu cerebro decide qué recuerdos guardar y cuáles olvidar, y por qué a veces recuerdas lo irrelevante en lugar de lo importante. ¿Alguna vez te pasó que recuerdas con lujo de detalle lo que desayunaste hace tres semanas, pero olvidas la fecha de esa reunión que sí era importante? No eres el único. Nuestra memoria no es una grabadora perfecta, sino un sistema selectivo y estratégico , que decide qué conservar y qué dejar ir. Y la razón tiene que ver con la emoción y el contexto. Los recuerdos se aferran a lo que emociona Los investigadores descubrieron que los momentos con carga emocional funcionan como anclas en nuestra memoria. Esto significa que un evento intenso no solo se recuerda mejor, sino que también fortalece los recuerdos de lo que ocurrió justo antes o después. Por ejemplo, una conversación cotidiana puede quedarse grabada si ocurrió justo antes de un momento estresante o emocionante. En otras palabras, la memoria no evalúa la importancia objetiva de un hec...